RIGO OCHOA MAGO ACIDOTE DEL ROCK CRIOLLO

O por lo menos de esta manera se le conocía en el círculo músico subterráneo de Tegucigalpa. El mote, en referencia a un tema de rock andaluz de los años 70´s. Estudiante de guitarra clásica que extrapoló su talento para convertirse en el bajista por antonomasia de la banda “REQUIEM”. Recuerdo su paso por “Gamma” donde compartió escenario con Edgard Valladares “El profe” y los días de “Circuito Cerrado” con una propuesta rockera bastante directa. Sin embargo, es en “Raíces” donde evidencia su gran potencial; músico de alto vuelo y uno de los mejores letristas que ha parido el rock vernáculo. En este grupo coincide con una camada de músicos provenientes de las huestes del ex conjunto del Instituto San Miguel con quienes comparte visión musical y encaminan esfuerzos a la creación de temas originales alternados con versiones de rock sudamericano. Precisamente en estos años desarrolla su particular forma de cantar y alterna la ejecución del bajo con la guitarra acústica, su primer amor. Al recordar sus primeros temas compuestos nos encontramos con una novedosa mezcla de rock y música brasileña, algo inusual en nuestro medio para aquellos días, anticipándose así al famoso “cross over” que potenciarían grupos locales años después. Por otro lado su pasión por los grandes intérpretes de la guitarra clásica le llevó a estudiar el instrumento en el departamento de arte de la Universidad Nacional, lo cual amplió su espectro dentro de la música y le condujo a la senda del rock progresivo. Una vez en “REQUIEM” se convirtió junto con Fabián Lobo en punto de referencia en el escenario, al proyectar de manera más directa la filosofía rockera del grupo al público. En concierto, Rigo cantaba, tocaba el bajo, la guitarra acústica y ejecutaba solos de guitarra clásica, pero más allá de eso era también el interlocutor oficial con la audiencia, el que ironizaba, caminaba, saltaba o se acostaba sobre el escenario. Fue uno de los 2 compositores más prolíficos durante la primera etapa del grupo (siendo el otro José Luis Suazo) y el integrante que tenía más horas de vuelo. Todo esto le llevo a ser uno de los ejes principales dentro de la banda. Una particularidad en “REQUIEM” fue que todos sin excepción pasaban a ser solistas en determinados momentos de las canciones: la voz, guitarras, bajo, teclados, baterías, desplegaban sus característicos timbres potenciados por las habilidades innatas de estos irreverentes autodidactas. Llegado el momento de repartir, el bajo “gemía” y cumplía su parte con solidez en la conflagración, poniendo así su sello característico dentro del estilo del grupo. Una vez finalizada la primera etapa de “REQUIEM”, Rigo optó por otros rumbos: Emisión Global, La Calle, su primer trabajo solista, etc. y si bien mantuvo nexos con sus ex compañeros no volverían a colaborar todos juntos sino hasta la grabación actual del segundo disco, donde resurge este prócer del rock nacional para devolvernos -25 años después- la magia dorada de aquellos años de juventud. Mis respetos maestro!

Dr. Roberto Mejía.


Rigo Ochoa en el desaparecido estudio “One”, 1988.




Rigo Ochoa durante grabaciones de Réquiem, 2do CD, 2010

3 comentarios:

  1. Muchas gracias Don Rigo, aunque no le conozco le expreso mi agradecimiento ya que gracias al esfuerzo de todos los involucrados puedo de nuevo disfrutar de aquellas rolas y recordar la inocente juventud que vivi en esos dias.
    Definitiva y LASTIMOSAMENTE que el rock en Honduras no paga en dinero, pero la satisfaccion que ustedes dan no tiene precio.

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  2. quisiera saber donde lo puedo comprar, ya que fui a metronova en sps y ahi no lo venden, por favor, ya dias lo quiero comprar, o si habra alguna forma de comunicarse con uds para hacer la compra, mi correo hansthedevil@gmail.com

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  3. Rigo, Peces Electricos esta INCREIBLE!!!!! soy metalero y por eso me revuelvo con esa rola, que solos mas agresivos y el ritmo del bajo es salvaje.
    Una rola para no escuchar cuando de maneja jajajaja.

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