Nacidos en la cintura Centroamericana, y en tránsito de un siglo a otro, es más, de un milenio a otro, vivimos un tiempo de grandes interrogantes –de locas razones- entre el bullir de los encuentros y los desencuentros, con ojos que miran al cosmos; somos hoy, pasado, presente y futuro. Veinticinco años después, el entorno social y el pasado reciente en presurosa alianza le han quitado ingenuidad a nuestras letras, pues en esencia de lo que se trata es de una cuestión de fe, de una apuesta al futuro.
Corrían los años de un mundo convulsionado, y la Ópera-Rock “El Viaje de Aneseo” surgía de las conflagraciones internas de su autor, dando cuenta la Obertura de un guerrero espiritual que en la búsqueda de sí mismo encarna combates con sus propios demonios y en lucha a muerte obtiene su liberación. En tanto, La Astronauta, cruza sus ojos en el horizonte, se resiste a perder la tierra y el mar, y el loco le pregunta si aún queda esperanza de recuperar lo perdido, mas tiene que pensar y que relacionar.
Surgen los Peces Eléctricos, cual poetas muertos a la vida y que en rabioso vértigo surcan el universo de planeta en planeta, caen al agujero negro y muerden el polvo estelar. Las cuencas de luz proyectan voces al espacio sideral, se esparcen en la tierra, aparece un silencio y una voz en vuelo le dice a un ángel: hoy se queda Con Vos mi Canto.
La luna predice que nacerá el hijo del destino con signos de fuego, Yanitz empuñará la espada y hará su camino dejando al andar sus huellas de sol. Padre e hijo caminan, crecen juntos y en el tramo de la vida encuentran sus sueños y frustraciones, una bifurcación les indica la hora de tomar cada quién su camino en solitario.
Nuevamente El Loco con reminiscencias épicas nos recuerda que con mente y manos la esperanza renace para hacer de este tiempo, un tiempo de libertad. De repente, se escuchan Las Voces que Tú no Oyes que repiten: mi continente oscuro y soledoso se ilumina de faros y amoroso, le rodea tu océano y le nombra porque eres la alborada al mediodía de reposada patria y melodía.
El Proceso del Mago subraya que no todo ha terminado, que con el corazón se siguen buscando las respuestas para en el centro de la verdad esparcir la luz. Pero en la búsqueda sin fin la historia no termina, el mundo irreal del Fakir contrasta con la realidad, el ser y el deber ser, la espera de un nuevo amanecer.
Por el camino cansado de viajes interminables, de límites y tedio, Chilly Willy incomprendido se partía el alma en dos, y en sus alucinaciones los duendes y las hadas le cantaban viejas melodías. Es el punto de partida para asumir las cosas que se han perdido y con la aceptación de uno mismo, se llega a los Espacios Abiertos.
Es Don José de las Setas quien nos recuerda la situación de la condición humana, de la avaricia y sus consecuencias, del advenimiento de un mundo libre del temor y la miseria, así como de la importancia del respeto por la diversidad y la fraternidad entre los seres humanos.
Rigo Ochoa
Mayo 2010
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